HERMES en el Panteón COROMINA (cementerio de Montjuïc)

 El 30 de noviembre de 2021, publiqué una entrada en mi blog dedicada al panteón modernista de la familia Coromina, situado en el cementerio de Montjuïc. Nada hacía presagiar entonces que, con el paso del tiempo, las fotografías que acompañaban aquel artículo se convertirían en un documento gráfico.

balustrada modernista original

A comienzos de 2024 desapareció parte de la balustrada modernista situada en la parte superior que rodea el sarcófago y el magnífico ángel, obra del reconocido escultor Rafael Atché. Los autores del robo sustrajeron más de diez metros de barandilla en varios hurtos cometidos en días distintos, sin encontrar apenas dificultad, pues nadie advirtió la sustracción. Ello resulta especialmente llamativo, dado que el panteón se encuentra en una zona despejada y el acceso a la parte elevada, donde se sitúa la valla, se realiza mediante unas escaleras. 

Ante estos hechos, y con gran acierto, Cementiris de Barcelona decidió instalar cámaras de seguridad. Paralelamente, se acordó con el propietario del panteón la restauración integral de la barandilla, que originalmente era de bronce, con el propósito de devolver su antiguo esplendor a este magnífico conjunto funerario.

 

Desde entonces se trabaja de forma continuada en la recuperación del monumento. Una parte de la barandilla —réplica realizada en hierro, a fin de evitar nuevas tentaciones de robo— ya ha sido instalada en el panteón Coromina. En la actualidad, el monumento permanece cerrado con vallas de obra y, por motivos de seguridad, se desaconseja subir a la parte superior hasta que concluyan las labores de restauración.

 


El 31 de octubre de 2025 se inauguró, en el actual Museo de Carrozas, un espacio museístico destinado a exhibir piezas recuperadas de distintas sepulturas, con elementos procedentes de sepulcros y tumbas abandonadas u olvidadas. 

 


Por el momento se exponen tan solo algunas obras, aunque la intención de Cementiris de Barcelona es ampliar progresivamente la colección. Se trata de piezas artísticas o históricas cuya conservación y difusión resultan de gran interés patrimonial.

 

Durante la inauguración del museo, el propietario del panteón Coromina descorrió la cortinilla que cubría una placa descriptiva colocada junto a la barandilla original de bronce, la cual, completamente restaurada, luce ahora en un espacio destacado del nuevo museo. Sin embargo, lo más curioso de esta historia aún estaba por revelarse.

 


 Permítaseme, antes de continuar, una breve explicación: quienes me siguen desde hace años en las redes conocen bien mi pasión por la fotografía y mi afición a “cazar” fotográficamente al dios Hermes —Mercurio para los romanos—, especialmente por las calles de Barcelona. Para quienes descubran ahora esta faceta, pueden adentrarse en esa aventura a través del libro La Barcelona d’Hermes.

Fue en el momento de contemplar la obra de cerca. Frente al único fragmento de barandilla que logró salvarse del robo —restaurado con esmero por el taller de Xavier Santos, Forjas Santos e Hijos, de Badalona—, me acerqué para apreciar de cerca la delicada filigrana de hojas y ramas doradas que recorre toda la balaustrada. Bastaron unos segundos para percibirlo.
Me pregunté, sorprendido: ¿Cómo es posible que nadie se haya dado cuenta antes?
Allí estaba, evidente; fue sencillo para mi ojo entrenado en reconocer los símbolos de Hermes. Entusiasmado exclamé:
—¿Nadie más lo ha visto? ¡Ahí hay un caduceo de Hermes/Mercurio!

 Y no hay nada más descriptivo que una fotografía para celebrar este inesperado descubrimiento. El petaso con alas (casco/sombrero de Hermes) y dos serpientes enfrentadas.

 

Se observa la intención del artista que forjó la barandilla, realizó un trabajo excepcional, creando con maestría una compleja composición de ramas y hojas que, de manera sutil, conforma un caduceo: símbolo del dios del comercio y de la comunicación. Una auténtica obra de orfebrería, digna de rendir homenaje a los difuntos que reposan en este extraordinario panteón. Os invito a disfrutar de este hallazgo y visitar el  Museo de Carrozas del cementerio de Montjuïc.